Cuando Diego llegó a Illary Sumaq a los 7 años, cargaba con mucha inseguridad. En el colegio, tenía serias dificultades para seguir instrucciones, se frustraba con facilidad y le costaba mucho socializar. Su madre había esperado 14 meses en el sistema público para obtener un diagnóstico de TEA nivel 1, pero no encontró terapias accesibles.
En Illary Sumaq, Diego comenzó a recibir dos terapias semanales con nuestras psicólogas. Luego de cuatro meses, se integró a una terapia grupal donde compartía con otros niños de su misma edad y con características similares.
Esta combinación funcionó como la llave que abrió puertas: Diego comenzó a organizar mejor sus ideas, a regular sus emociones y a comunicarse con mayor seguridad. La mamá también participó en nuestros espacios de acompañamiento, logrando comprender mejor cómo apoyar a su hijo en casa.
El colegio notó rápidamente el cambio: Diego empezó a participar, a pedir ayuda, a tolerar mejor la frustración y hasta acompañó a un compañero nuevo. “Es otro niño”, escribió su profesora.
Hoy, Diego avanza con confianza. Maneja mejor sus emociones, disfruta aprender y llega a Illary Sumaq con la alegría de sentirse en casa.
La madre de Diego resume así su transformación: “Illary Sumaq no solo ayudó a mi hijo. También me ayudó a verlo con otros ojos.”
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Una história inspiradora y digna de resaltar, es maravilloso ver cómo la voluntad de las personas que quieren ayudar transforma vidas.
Felicitaciones Illary Sumaq
Gracias por seguirnos y compartir estas historias tan importantes